viernes, 9 de agosto de 2013

Tarde de Verano

Se quedan
vigilantes
los perros
cuando hacemos
un alto
en la excursión.

En el paisaje
amodorrado
de verano
los hibiscos
y la adelfa
se embellecen
sin rubor.

A la hora
del sopor,
las chicharras
nos acunan
con su son.

Los chopos
tintinean
sus dedos
de plata
al viento,
su susurro
nos invita
a descansar.
Nos  brindan
sombra
los árboles,
frescura
de arroyo
y manantial.

Se adormece
el tráfico
a lo lejos
y la brisa
nos viene
a acariciar.

Respiro el aire
a verde
y tierra
y mi Calma
regresa
a su lugar.

Decae el sol
y las ranas
comienzan
a cantar.
Las nubes
como corderos,
o como olas
en el mar,
cruzan
el Cielo
y las yemas
de los chopos
las quieren
alcanzar.

Se quedan
vigilantes
los perros
cuando hacemos
un alto
en la excursión.
Atentos
expectantes
silenciosos
escuchando
el mas leve
rumor.

Chicharra, brisa, perro
rana, chopo, manantial.
Tierra, susurro, Cielo,
que nada más
nos pueda perturbar.


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