Al
unísono en rebelión parejos
poemas
y flores, silvestres crecen.
Como
la luna en el agua se mecen
en
el alma y en el campo reflejos.
Buscando
la luz del Sol desde lejos
se
abren paso en la sombra y se estremecen,
y
no cejan hasta que no florecen
indómitos
por brillar como espejos.
Agazapados
en la Tierra, inmersos
asaltan
con la fuerza de la hiedra
arrebato
de súbitos colores.
Preparados
para atravesar la piedra,
retoños intrépidos son los versos
que claman ser poema en sus albores.