lunes, 16 de marzo de 2015

Insomne



Se acercó sigilosa como un gato escurriéndose por la puerta entreabierta. La luna bañaba la habitación a través de la ventana y ondeaban suavemente los visillos. Todo estaba en silencio. Se inclinó hacia él para rozarle la mejilla. Estaba tibia. El pequeño dejó escapar un leve suspiro. Se sintió aliviada y se quedó inmóvil ante la cuna observando cómo dormía.